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Primera Estampilla Postal en México
La primera estampilla postal en México, fue puesta en circulación el 1° de agosto de 1856.
Primera Estampilla Postal en México
- Autor
- Servicio Postal Mexicano
- Fecha de publicación
- 01 de agosto de 2019
La primera estampilla postal en México, fue puesta en circulación el 1° de agosto de 1856, después de que el 21 de febrero del mismo año, el Presidente Ignacio Comonfort publicara el decreto que promulgó la creación de los sellos de correo, cuya edición se terminó el 31 de julio, para así ponerse a la venta el 1° de agosto.
Las estampillas se presentaron en una serie de cinco ejemplares, con denominaciones de 1/2, 1, 2, 4, y 8 reales en colores azul, amarillo, verde, rojo y lila del cual dependía el precio. Llevaron plasmada la efigie del cura Dolores Miguel Hidalgo y Costilla en papel sin marca de agua, imperforados y grabados por el diseñador José Villegas, director de la Imprenta del Gobierno.
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La Filatelia en México y el Mundo
Si existe un acervo gráfico de la cultura mexicana, donde se consigna a casi la totalidad de los próceres y hombres ilustres desde Hidalgo hasta Cárdenas, de Sor Juana a Juan Rulfo; donde se da testimonio de hechos y acontecimientos trascendentes en la vida del país; donde se citan aspectos relevantes de la arquitectura, la historia, el arte, las ciencias, el deporte, la flora y la fauna, así como la participación de México en diferentes actividades dentro del concierto de las naciones, entonces lo encontramos bellamente estampado en la colección filatélica de las estampillas postales mexicanas.
El Servicio Postal Mexicano ha emitido más 3,600 estampillas postales originales, entre series permanentes y conmemorativas, que enriquecen de manera especial las páginas de nuestra historia y forman parte ya, de esta. La filatelia, actividad, disciplina y pasatiempo que surge de la necesidad de establecer el sistema de porte pagado previo en la correspondencia, revolucionó la actividad postal y abrió la posibilidad a todos los países del mundo de iniciar un archivo iconográfico de grandes dimensiones. Los términos timbre, sello y estampilla, se utilizan indistintamente para denominar a este pequeño trozo de papel, que adherido a la carta, valida el pago y hace llegar a todo el mundo un mensaje de buena voluntad y amistad del país que lo emite.
En México, como en la gran mayoría de los miembros de la Unión Postal Universal, se acepta por consenso el término "estampilla", que se diferencia de la denominación "timbre", de origen francés y connotación fiscal, así como la de "sello" utilizada en España y que en nuestro país corresponde más a una marca de acero o goma, que se coloca sobre la carta con la fecha de envío o recepción.
Antes de 1840 y de toda la serie de innovaciones que introdujo en el mundo del correo Rowland Hill, el pago de la correspondencia y los envíos corrían a cargo del destinatario y no del remitente como lo hacemos hoy en día. Si usted recibía una carta o un paquete, tenía que pagar el servicio si quería realmente recibirla; de lo contrario, al no pagar la correspondencia y paquetería permanecían en las oficinas de correo en perjuicio de las administraciones postales.
Rowland Hill, director del Correo Inglés, encabeza en Gran Bretaña lo que se conoce como la Gran Reforma Postal, que a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en plena Revolución Industrial, impulsa la actividad de correos, a través de los modernos medios de comunicación basados en el descubrimiento de la fuerza del vapor. Durante este período, al igual que todos los correos del mundo, el Correo Mexicano crece y se enlaza a la red postal mundial, haciéndose necesario, a partir de este momento, actualizar de manera permanente los sistemas operativos y administrativos.
Al establecerse que el pago de la correspondencia y envíos, debería hacerlo el remitente y no el destinatario, implantando un pago único y general en cada país, aparece de manera oficial, como consecuencia de esto, el uso de la estampilla postal. La primera estampilla postal de la historia se emite en mayo de 1840 en Inglaterra y ostenta el perfil de la joven reina Victoria, sobre un fondo negro, motivo por lo que se conoce a esta estampilla como el "penny black" que tuvo un valor facial de un penique. En el año de 1830, un librero inglés de apellido Brewer diseña el primer "sobre" que le da a la carta el concepto actual; y el Barón Adolfo Maly, director del Correo Austriaco, en 1869, firma un decreto mediante el cual se acepta la circulación de las "tarjetas postales" de franqueo reducido que posteriormente, con el advenimiento del Art Noveau, cobró fuerza como un elemento del arte postal, prototipo de la comunicación breve a través del correo.
Decreto de 1856
En México, dieciséis años después de haberse emitido en Inglaterra la primera estampilla postal, durante el gobierno del Presidente Ignacio Comonfort, se decretó el 21 de febrero de 1856 la impresión de las primeras estampillas postales, mostrando la efigie de don Miguel Hidalgo y Costilla, que se pusieron en circulación el primero de agosto de ese mismo año. El diseño y grabado en cobre, realizado sobre papel blanco unido de diversos gruesos, son obra de don José Villegas, hábil y célebre dibujante, jefe de la Oficina del Sello de Estampas e Impresos del Gobierno.
La estampilla original fue impresa en hojas de sesenta ejemplares, cada una en diez hileras de a seis, para recortar a mano con tijera. El busto de Hidalgo se enmarca en un óvalo orlado; en la parte superior tiene la leyenda "Correos Méjico", y al calce su valor facial: medio, uno, dos, cuatro y ocho reales. En su impresión se utilizaron tintas azul, naranja, verde, rojo y lila, respectivamente, para diferenciar el precio.
El gusto por la filatelia, que agrupa a miles de personas en todo el mundo, surge por primera vez en Inglaterra, justo al año de haber sido emitido el "penny black"; y es John E. Gray, funcionario del Museo Británico, el primero en dedicarse a coleccionar sellos postales con cierto criterio metodológico. Ya en 1860 se realizaban reuniones filatélicas en París y Londres. Un año más tarde, Jorge Berger Levraut da a conocer su colección como catálogo y, en ese mismo año, Alfredo Poutiquet publica la primera obra considerada precursora de los catálogos actuales con el título "Catálogo de Sellos de Correos emitidos en los diversos Estados del Globo".
En 1862, Jean Baptiste C. Moens, librero e impresor de nacionalidad belga, produjo otro elemento indispensable de la filatelia: "Manual del Coleccionista de Sellos Postales". A partir de estas acciones, poco a poco se fue popularizando la afición por la filatelia, al grado que para los hispanohablantes, en el año de 1922, la Real Academia Española de la Lengua admitió el vocablo "filatelia" en su diccionario.
La importancia de la filatelia en el mundo se puede medir de manera cuantitativa a través de los siguientes datos: en el lapso transcurrido entre 1918 y 1979 se imprimieron doscientas cincuenta mil estampillas. Según estimaciones de la Unión Postal Universal de 1979 a la fecha se han emitido más de 300 mil estampillas postales.
Para algunos países, la emisión de sellos postales se convierte en una importante fuente generadora de ingresos y en ciertos casos, una sola estampilla, considerada rara o especial, adquiere precios elevados.
Dedicarse a un pasatiempo y más que a esto, al arte de la filatelia, además de la pasión por coleccionar, por escudriñar y por saber, requiere de disciplina y constancia de un investigador que verá coronados sus esfuerzos al dominarla y poderla transmitir a sus amigos, hijos, nietos.
La afición a la filatelia en México, no es todo lo deseado por los conocedores, ni ha crecido al ritmo que el Servicio Postal Mexicano emite sus colecciones de estampillas. Sin embargo, eso no ha sido impedimento para que dentro de las estampillas postales originales existan verdaderas obras de arte del diseño gráfico y emisiones representativas muy localizadas, que marcan todo un hito en la historia del país, como las que ostentan a Cuauhtémoc, último emperador azteca, con un valor facial de 30 ctvs; la del bajo relieve de una estela de las ruinas de Bonampak, Chiapas, con un valor facial de 50 ctvs., y la que representa a la Danza de la Pluma, de Oaxaca, con un valor facial de 10 ctvs., de las series permanentes de correo aéreo, sobre Arquitectura y Arqueología, emitidas entre 1950 y 1953.
Para la clasificación de la filatelia mexicana, los más acuciosos investigadores la dividen en cuatro épocas: La Época Clásica (1856-1883); La Época Antigua (1884-1910); La Época Revolucionaria (1910-1923) y La Época Moderna (1924 a la fecha).
Ya desde el año de 1852, siendo Presidente de la República don Mariano Arista y Ministro de Hacienda don Guillermo Prieto, se hace el primer intento por establecer el franqueo previo y en consecuencia, la elaboración de estampillas postales para tal efecto, pero no se concretiza sino hasta el ya mencionado año de 1856, siendo don Guillermo Prieto, Administrador General de Correos, que logra la primera emisión de estampillas postales. De entonces a la fecha se destacan, aparte de los Hidalgos iniciales, las águilas y Maximilianos del Segundo Imperio, los medallones de Hidalgo en color verde y azul de 5 y 10 pesos, las Águilas de 1899 por un valor de 50 ctvs. 1.00 y 5.00 pesos, impresos en Inglaterra por la casa Bradbury Wilkinson & Co. y, toda la gama de diseños y temas abordados por el correo. Primero en planchas de cobre, luego en las de acero, la estampilla postal ha recorrido desde el huecograbado, el offset hasta llegar a las novedosas técnicas por computadora que hacen en la actualidad de la filatelia mexicana, una de las más hermosas y variadas del mundo
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